jueves, 17 de junio de 2010

Federico Arreola y el destino incierto de El Chamuco

Esta nota me llego via @blumpi, y bueno, es algo digno de analizarse.



Por Jorge Flores-Oliver

Un sisma al centro de la revista El Chamuco pone en evidencia los posibles malos manejos de Federico Arreola, su director. Moneros que no han recibido pagos por su trabajo, dinero de anuncios y ventas con un destino poco claro y, de fondo, la figura de Andrés Manuel López Obrador.



Todo comenzó con un retuit que apareció en mi timeline: “@FedericoArreola Me dirijo a una reunión con Andrés Manuel López Obrador, presidente legítimo de México”. A lo que contesté, con el conocido espíritu troll: “@Blumpi Es que ya le hace falta una boleada a sus huevos”.

Arreola suele contestar o retuitear los tuits tanto de sus aliados como de sus opositores —a los que [nos] llama “porros tuiteros”. La lógica de sus respuestas
o sus retuiteos es simple: si me conviene, lo replico, si no, no. Un tuit en su contra puede volverse a su favor si él le sabe sacar provecho. No son pocos los tuiteros que, serena o rijosamente, lo cuestionan sin recibir respuesta suya (por el contrario, y como ejemplo, Fernández Noroña es un político tuitero que suele enfrascarse en discusiones y sí contesta los mensajes que no le son favorables). Claro que con tantos seguidores es probable que algún tuit escape de la atención de Arreola, aunque cabe la sospecha: de entre la ola de tuits que le llegan, misteriosamente (más bien: convenientemente), son más los mensajes de apoyo a los que hace eco.

La respuesta que le envié no obtuvo reply de su parte, pero sí fue leído por un tuitero que me envió un mensaje directo en el que me contaba la última hazaña del editor legítimo: “Ya transó y tronó al Chamuco… van a meterle auditoría, y por lo pronto ya kaput la revista”.

El asunto: en El Chamuco, revista que Federico Arreola dirige desde su relanzamiento, a pesar de su volumen de ventas y de la publicidad que aparece en sus páginas, los colaboradores no estaban cobrando por su trabajo o lo hacían de manera muy esporádica. Incluso Rafael Barajas El Fisgón y los demás jefes llevarían un año sin recibir remuneración económica. Todo esto ha causado malestar entre las cabezas de la publicación: los moneros José Hernández, Helguera y Patricio Ortiz (Rius más como un miembro honorario y simbólico del grupo), pues ¿adónde se está yendo todo el dinero que la revista de hecho recibe?

El presidente legítimo y el editor legítimo. Imagen tomada de SDP Noticias

El principal sospechoso: Federico Arreola, sobre quien pende una auditoría —interna, externa, aún no se sabe. Si la noticia no se ha hecho pública aún se debe a que los implicados se encuentran en una etapa de control de daños: por un lado, Arreola tratando de ofrecer una explicación satisfactoria a los moneros y resolviendo el asunto (de ser posible), y El Fisgón a la espera, por un interés más allá del destino de la revista: la afectación que la imagen de Andrés Manuel López Obrador podría sufrir si la nota trasciende. ¿Qué quiere decir lo anterior? ¿Que el dinero que no se ha utilizado para cubrir los honorarios de los colaboradores ha sido desviado hacia la campaña permanente del autoproclamado presidente legítimo? ¿Que se está tratando de desvincular al tabasqueño de la figura de Federico Arreola? Sea cual fuere la respuesta, los moneros cierran filas alrededor de AMLO.

Por lo pronto, diversas fuentes han confirmado la crisis que está sufriendo la revista, la cual tiene dos posibles futuros: o dejar de salir temporalmente en lo que se resuelve este problema o aparecer publicada con fondos de los mismos moneros. Si la primera opción se hace realidad, dejaría de existir uno de los principales órganos de propaganda pejista. No hay misterio: El Chamuco es más un boletín ideológico de la llamada “izquierda” que una revista de humor o caricaturas. Los monos, los cartones y el humor gráfico que publica la revista son el método y la forma de una acción política continua con objetivos muy claros: el apoyo a los proyectos políticos que le son afines, el golpeteo al gobierno de Felipe Calderón, a los medios masivos de comunicación, a las instituciones o a todo aquel individuo o agrupación que represente al enemigo del pueblo, denominado como “la derecha”, “la oligarquía”, “los ricos”, aunque ese individuo o esa agrupación ni siquiera tenga vínculos con la derecha, la oligarquía o los ricos. Esa es “la única revista seria de este país”, como la llama Jesusa Rodríguez.

When we were happy. Los moneros, el director y Jesusa celebrando tres años de El Chamuco. Foto de http://culturacomic.com/

El análisis que han hecho colegas sobre este sisma dentro de la revista es que Federico Arreola es quien estaría tratando de sacudirse a López Obrador y, en una de sus conocidas y acostumbradas metamorfosis, ahora estaría apuntándose hacia el futuro político de Marcelo Ebrard. Un bejaranazo, pues.

Todo parece apuntar a que el número 201 de la revista finalmente sí saldrá, ya en manos totalmente de los caricaturistas, pues los tuits de la publicación (@El_Chamuco) eso parecen indicar. Falta saber si el mencionado número incluirá alguna nota aclaratoria o si habrá carta en La Jornada denunciando públicamente a Arreola, quien dejará de ser editor legítimo para volverse un editor espurio.

Estamos a la espera.

Fuente

1 comentario:

Axel Altamirano dijo...

¡Otra revista que se va al desagüe!, si había dejado de ser El Chauistle para ser El Chamuco para estar manejado de mejor manera!!! Yo compraba desde el número uno, pero de repente sí se me figuró algo izquierdosa a cargando su balanza hacia AMLO...
...dejé de comprarlo, en especial porque ya no salía Rius, (ya se me hacía raro su semi-retiro), cunado apareció trabajos de Clement lo volví a leer, en fin, estas publicaciones comienzan bien para luego caer hacia alguna tendencia política que tanto atacaban, es triste porque era el último bastión de este género, ¡nos quedamos sin publicaciones nacionales!!!